Salió
del templo de cáncer molesto, por lo general solía cuidarse de no mojarse durante la lluvia sin embargo estaba demasiado ofuscado
para tomar en consideración la tormenta que caía esa noche… caminó sin dirección alguna por el santuario, iba demasiado
sumergido en sus pensamientos como para notar que la tormenta se incrementaba…
«¿Cómo
es posible que pudiera hacerme eso? Solo he estado perdiendo mi tiempo, y pensar que estuve a punto de decirle que lo amo”
»
Pensaba el joven pisciano mientras deambulaba por el santuario…
Mientras se alejaba del santuario
la temperatura ambiental cada vez bajaba más, y ya comenzaba a sentir los embates del clima en su cuerpo, pero cuando salió
de su ensimismamiento notó que no sabía dónde se encontraba, había caminado mucho tiempo sin rumbo fijo…
A lo
lejos vio una cascada junto a la que había algunas pequeñas cuevas, corrió rápidamente para resguardarse de la lluvia y del
frío lo más que pudiera lograrlo…
Se sentó sobre una roca repasando nuevamente lo que sus ojos habían visto
en cáncer… Death Mask y Mime besándose y acariciándose hicieron que el estómago se le revolviera y la sangre le hirviera…
su mirada estaba fija en la salida de la cueva, contemplaba la lluvia y podía apreciar el sonido de la misma caer, secó las
lágrimas que brotaban de sus ojos, estaba sintiéndose completamente ridículo…
Esa tarde Aphrodite entraba al templo de cáncer, esta vez iba decidido a decirle por fin a Death
Mask lo que este tanto quería oír, iba todavía indeciso de lo que diría con exactitud pero sabía que la espontaneidad era
parte de él…
«Espero que esté en su templo, después de la discusión
de anteayer no lo he visto, ojala no siga molesto conmigo»
Pensaba mientras cruzaba el umbral para entrar por
fin al templo de cáncer, caminó dentro del templo buscando con la mirada a Death Mask, no quería llamarlo aún, prefería sorprenderlo…
De pronto se detuvo al centro del templo aún sin encontrar lo que anhelaba ver, escuchó en el fondo del templo un
poco de ruido, ruido que no podía identificar por lo que decidió averiguar de qué se trataba, caminó sigilosamente en dirección
de donde surgía ese extraño sonido, llegando a la habitación del peliazul y lentamente abrió la puerta encontrándose con una
imagen que difícilmente podría borrar de su mente, Death Mask, aquel a quien había intentado conquistar por tanto tiempo se
encontraba acariciando y besando a Mime… ¡a Mime! aquel asgardiano que había logrado herir los sentimientos de un conquistador
nato como Milo.
Sintió como su sangre comenzaba a hervir y las lágrimas pugnaban por brotar de sus ojos celestes,
apretó su puño derecho intentando contener la rabia que esa escena le hacía sentir, terminó de abrir la puerta sin tener cuidado
de que esta no provocara algún ruido por lo que Death Mask y Mime pudieron percibir la profunda decepción y rabia de Aphrodite…
-Aphrodite yo…- atinó a balbucear Death Mask al ver los profundos ojos del pisciano anegados de lágrimas.
Aphrodite
no podía soportarlo más, cerró de golpe esa puerta y salió completamente dolido del templo de cáncer, sin considerar que estaba
cayendo una fuerte tormenta en ese momento…
Comenzaba a sentirse cansado y tenía
mucho frío, se abrazó a sí mismo frotando con sus manos sus brazos para infundirse calor, sin embargo, su cansancio era tal
que decidió recostarse sobre un poco de pasto que había dentro de la cueva y poco a poco fue quedándose dormido…
En
el templo de cáncer Death Mask discutía con Mime por lo sucedido, le había costado trabajo confesar algún sentimiento y eso
había sido con Aphrodite, el pisciano había sido el primero al que se había atrevido a hablar de sentimientos y, aunque se
sintió molesto de que Aphrodite se sintiera confundido de la repentina expresividad del peliazul, sabía que lo había traicionado,
lo peor es que sabía que se había traicionado a sí mismo y tenía que hablar con aquel que siempre lo había acogido tiernamente
pese a sus instintos asesinos…
-¿Qué demonios vas a hacer Death Mask?- preguntó harto un semidesnudo Mime recostado
sobre la cama del cangrejo mientras miraba a Death Mask que observaba a través de la ventana como esperando que Aphrodite
volviese...
-No volverá, acéptalo Mascarita, esta vez lo hiciste llorar, pero tú me dijiste que él ya no te importaba
así que… ¿cuál es el maldito problema?- concluyó mientras se levantaba de la cama para tomar su camisa y comenzar a
vestirse lentamente, como esperando que Death Mask se resignara y volviera a besarle…
-El maldito problema Mime
es que yo amo a Aphrodite, sé que he hecho mal pero debo ir a buscarlo- explicó mientras tomaba una pesada chamarra y comenzaba
a salir de la habitación…
-Si te largas a buscar a ese maldito llorón cuando regreses ya no estaré aquí- sentenció
el asgardiano furioso.
-Bien, hasta nunca entonces- se despidió Death Mask mientras salía a toda velocidad de su templo
para buscar a Aphrodite, bajó las escaleras, había podido vislumbrar hacia qué dirección había corrido su pisciano, al pasar
por el templo de tauro su guardián detuvo al apurado Death Mask quien molesto preguntó el porqué de la intromisión de Aldebarán.
-No sé dónde esté Aphrodite, pero no creo adecuado que salgas en medio de una tormenta así a buscarle- explicó Aldebarán
apaciblemente.
-Aldebarán he hecho algo verdaderamente estúpido y Aphrodite salió mal de mi templo, no quiero que
algo malo le suceda, por favor quítate del medio- pidió Death Mask convencido.
-Bien, pero no digas que no te lo advertí-
Aldebarán se hizo a un lado y así Death Mask pudo salir finalmente de tauro para continuar en su búsqueda por Aphrodite…
Corrió lo más rápido que pudo hasta adentrarse al bosque que había a un costado del santuario, podía sentir el frío
calar sus huesos y cada minuto que pasaba con ese crudo frío peor se sentía con respecto al estado de su ángel…
Se
encontraba desesperado y el hecho de que la lluvia arreciara poco a poco lo ponía aún más tenso por lo que recurrió a su cosmoenergía
para llamar a Aphrodite o al menos localizarlo, elevó al máximo su cosmo mientras recorría aquel lugar hasta hallar la débil
energía de su pisciano, corrió lo más que le permitían sus fuerzas para encontrarlo dentro de una cueva tendido en el suelo,
mojado, inconsciente, helado… le abrazó fuertemente para comenzar a transmitirle su calor, no podía permitirse perderlo…
En medio de su inconsciencia Aphrodite podía sentir la energía de alguien llamándolo, pidiéndole que no se fuera,
transmitiendo un calor hasta entonces desconocido por el pisciano…
«¿Qué energía
está llamándome? No la había sentido antes… es cálida pero puedo percibir una fuerte angustia en ella…»
Pasadas un par de horas Aphrodite comenzó a reaccionar encontrándose entre los brazos de Death Mask quien aún continuaba
tratando de calentarlo y hacerlo reaccionar…
-¿Death Mask?- preguntó el pisciano confundido, su expresión denotaba
la sorpresa de encontrar que la energía cálida y angustiada era la de Death Mask, sus ojos se encontraban tan abiertos por
la sorpresa y sus mejillas comenzaban a arrebolarse, ante la expresión de su ángel, Death Mask acarició en un roce una mejilla
de Aphrodite provocando que éste se sonrojase aún más ante la caricia, el peliceleste colocó su mano sobre la del peliazul
pero al notar dónde se encontraban regresaron a su mente aquellas imágenes que difícilmente podría borrar…
Se
levantó pesadamente y volvió a sentir como su corazón se despedazaba lentamente…
-Perdóname Aphrodite…
yo estaba molesto por lo de anteayer y no razoné el porqué de tu confusión, te amo, nunca le había dicho a nadie algo relacionado
con mis sentimientos, solo a ti- explicó Death Mask ante el cambio de actitud de su pisciano.
-¿Y Mime?- preguntó
en tono dolido.
-Te juro que no siento nada por él, se molestó cuando salí a buscarte, no estaba pensando Aphrodite
solo actuando- reiteró el peliazul mientras lentamente se acercaba a su ángel peliceleste quien le miraba expectante de lo
que pudiera ocurrir…
Acarició el pálido rostro del pisciano como si temiera lastimarle mientras Aphrodite mantenía
su mirada fija en la del peliazul, sabía en su interior que Death Mask no mentía pero lo que había visto horas antes en cáncer
le había dolido en demasía, en su mente repasaba una y otra vez las palabras que Death Mask acababa de decirle hasta que…
-Te amo Aphrodite- susurró el peliazul al oído del pisciano logrando estremecerlo y volverlo a la realidad…
-No puedo confiar Death Mask, lo que ví esta tarde me demostró entre tantas cosas que tu y yo no somos compatibles,
si mañana te enojaras de nuevo sería lo mismo y no estoy dispuesto a ver escenas parecidas otra vez- sentenció Aphrodite conteniendo
su dolor y coraje.
-No sucederá de nuevo Aphrodite, es verdad, no comprendía el por qué de tu confesión anteayer,
cuando te dije lo que sentía por ti, nunca confesé sentimientos a nadie y tu reacción, esa visible confusión en tu rostro
me dolieron, pensé que no sentías lo mismo que yo y que dudabas de mi credibilidad- explicó para convencer al pisciano
-Lo
siento, no puedo, Death Mask, dame tiempo- pidió Aphrodite mirando fijamente a los ojos del peliazul.
-Te amo Aphrodite,
es verdad que no volverá a pasar esto, necesitas confiar en mí- reiteró el peliazul.
-Yo también te amo Death Mask,
pero necesito tiempo y que también tú confíes en mí- respondió el peliceleste mientras emitía una fingida sonrisa para tranquilizar
a Death Mask y sentarse ambos a platicar en lo que la lluvia cedía…
Habían estado conversando tan concentrados
en la plática y el estar uno junto al otro que no se percataron cuando la lluvia cesó dando pasó a una noche semi nublada
de luna creciente…
-Ya es muy tarde- dijo Death Mask notando el tiempo transcurrido y ayudando a un todavía
débil pisciano a ponerse en pie –Creo que ni siquiera notamos cuando dejó de llover-
-Si, creo que ya es hora
de volver al santuario- respondió el peliceleste mientras caminaba junto a Death Mask con rumbo al templo de cáncer.
FIN