Aino-san Fanfiction
Me gustas

La emoción de la fiesta de bienvenida ya había pasado, y Deathmask no había obtenido nada de lo que se había propuesto conseguir, Aldebarán ya estaba empezando a zafarse de las ideas de su amigo Deathmask, Kanon por fín le había confesado a Afrodita el porqué estuvo encerrado en géminis casi una semana, Mu y Saga estuvieron juntos en Aries toda la noche platicando, Milo por fin se había acercado a Camus, pero este tenía la firme creencia de que el escorpión estaba enamorado de Mu, parece ser que las cosas en el santuario no podían estar mas tensas, sobre todo si pensamos que Shion y Douko estaban en total acuerdo con Deathmask (ellos simplemente querían cortesanas, cómo no era su problema).

 

Los caballeros dorados se encontraban entrenando en la explanada, hacía un calor impresionante y como se habían desvelado, muchos estaban cansándose rápidamente, Kanon se encontraba entrenando con su hermano, bastante alejados del resto –vamos Saga, ¿vas a seguir sin decirme qué pasó anoche?- el mayor de los gemelos miró la curiosidad de Kanon y comenzó a reir –vaya Kanon sabía que eras metiche pero… no pensé que tanto, pero por cierto a ti ¿cómo te fue?- Kanon se sentó en el pasto ignorando por un momento la pregunta que Saga le había hecho hasta que…

 

-tenías razón de Afrodita, se lo dije, eso pasó anoche conmigo, ahora bien Saga dime tú- Saga se sentó al lado de Kanon con mirada curiosa -¿le dijiste que te gusta? Vaya… y pues… Mu y yo estuvimos platicando, por cierto gracias por decirme que tuviera cuidado de Deathmask, lo estaba molestando llegue a tiempo- Kanon solo asintió con la cabeza de manera meditabunda, cosa que comenzaba a poner nervioso a Saga -¿qué te sucede Kanon? ¿te sientes mal?- el menor se recostó sobre el pasto riéndose de Saga:

–vamos hermanito no seas dramático, que esté callado no signifique que me sienta mal, pero no puedo creer que tu no le hayas dicho nada a Mu todavía, se ve que Milo está más que interesado en el acuariano- Saga volteó hacia donde Milo y Camus entrenaban juntos y no pudo evitar dirigir su mirada a Mu, quien entrenaba con Afrodita con un semblante de tristeza

–si, puedo verlo, yo sabía que Milo no era para Mu desde un principio, es muy parrandero- Kanon se levantó súbitamente del pasto y comenzó a caminar hacia Afrodita.

 

-hola Mu, hola Afrodita ¿podemos hablar?- Mu y Afrodita se miraron mutuamente y finalmente Afrodita asintió con la cabeza y acompañó a Kanon hacia las escaleras, mientras se alejaban Kanon le hizo la seña a Saga de que no dejara solo a Mu, Saga comprendió lo que su molesto hermano estaba haciendo, e internamente se lo agradecía infinitamente, se acercó a Mu y continuaron entrenando, Saga trataba de alegrar al lemuriano, quien parecía de mejor ánimo gracias a Saga, por unos momentos había dejado de ver y pensar en el escorpión

 

-¿hambre Mu?- preguntó un curioso Saga

-si, ya tengo hambre, vayamos a comer algo- respondió el pelilila mientras comenzaba a caminar rumbo a las escaleras junto con Saga, sin pasar desapercibidos por Milo y Camus

 

-¿te molesta que Mu esté con Saga?- inquirió el francés

-no, se me hace extraña la amable actitud de Saga, el es más bien… como decirlo… hostil- afirmo Milo mientras volvía su mirada de nuevo al francés -¿por qué?-

-es que tu expresión cambió cuando ambos comenzaron a subir-

-¡ah! Pues no, no estoy ni molesto, ni celoso, ni nada, Mu es libre de hacer lo que mejor le parezca ¿no crees?- respondió un completamente tranquilo escorpión mientras se sentaba sobre el pasto

-supongo que tienes razón pero… ¿acaso no estaban juntos ustedes?- preguntó un curioso Camus mientras se sentaba junto a Milo

-si, pero ya no-

-¿por qué? Yo pensé que estaban muy enamorados- ante tal afirmación del joven acuariano Milo solo cerró sus ojos y suspirando respondió:

-es que me gustas y Mu se dio cuenta- por fin se había atrevido a despejar las dudas del acuariano, quien no supo cómo reaccionar al obtener la respuesta que anhelaba, enmudeció por completo sin embargo en su rostro no se notaba cambio alguno, Milo notando esto temió no ser correspondido y decidió agregar: -pero no te preocupes, si gustas hagamos como que no dije nada y seamos amigos- se puso de pie y acto seguido continuó su camino rumbo a su templo completamente avergonzado (aunque sin verdaderos motivos).

 

Camus no supo que decir, ni como actuar, no estaba acostumbrado y aunque hubiera querido al menos decir un “a mi también me gustas” no pudo siquiera expresar con el rostro el gusto que le daba escuchar esas palabras. 

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Ya habían pasado algunas horas y Camus se encontraba en su templo aún repasando cuidadosamente las palabras y reacción de Milo, sabía que Milo se había ido avergonzado por su inexpresividad, sin embargo así era él y, aunque tenía que aclarar las cosas con Milo, también tenía que hacerse conocer por su verdadero yo.

 

Mientras daba vueltas en su habitación meditando el asunto Afrodita entró en su búsqueda para contarle lo que había sucedido con Kanon la noche anterior y unos momentos atrás, sin embargo aunque entro sin el mínimo cuidado y con toda la emoción notó que Camus tenía algo ya que no había percatado una presencia diferente a la suya en su templo.

 

-¿Camus?- preguntó el sueco mientras tocaba ligeramente el hombro del acuariano para hacerle reaccionar

-¡Afrodita! Perdón no me fijé que estabas aquí ¿cuánto tiempo llevas aquí?- respondió el francés volviendo a la realidad aunque aún meditabundo

-pues casi acabo de llegar, así que no te preocupes por eso pero… ¿te ha ocurrido algo? Estás muy extraño-

-Milo me dijo que le gusto y no dije nada, ni expresé nada- respondió el acuariano con aires de resignación

-vaya… debes hablar con él y decirle lo que pasa contigo y también que así eres y no debe sentirse mal por ello- el pisciano intentaba ayudar a su amigo Camus a razonar las cosas y hallar la probabilidad más efectiva.

-tienes razón, después de la cena hablaré con él, gracias Afrodita pero… ¿tenías algo que decirme no es así?-

-ahhh anoche después del escandalito de Deathmask en las escaleras Kanon fue a verme para disculparse y me dijo que le gusto, por ello estuvo encerrado en géminis casi toda la semana-

-pero… ¿a ti no te gustaba Deathmask precisamente?- preguntó un muy confundido Camus

-no, dije que se me hacía un hombre atractivo, mas nunca dije un “estoy enamorado” para nada, mucho menos sabiendo con lo que se entretiene- respondió Afrodita convencido –además si se acerca a mí es solo para que sea su juguete o su cortesana, ¡sepa dios qué!-

-tienes razón en eso, el tal Deathmask está muy desequilibrado, pero me alegro que Kanon te lo haya dicho, al menos te gusta Kanon ¿verdad?-

-si, me gusta bastante, cuando nos fuimos del entrenamiento esta mañana, fuimos cerca del lago a platicar y seguir entrenando, ha sido amable conmigo, yo pensé que era como el patriarca nos había dicho-

- bueno, me da gusto saber que no es así, y la verdad es que ya es hora de subir al salón principal a cenar, así que vámonos- respondió Camus poniéndose de pie y caminando junto con su amigo Afrodita hacia el templo principal donde Shion y Douko ya les esperaban junto con Deathmask… 

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En el templo principal Shion y Douko estaban sentados en la mesa principal mientras Deathmask les explicaba lo sucedido la noche anterior y su nuevo plan cuando ante sus ojos se presentaron justamente ambos novatos…

 

-bienvenidos muchachos, la cena será servida en unos momentos más- dijo un muy amable Shion a Camus y Afrodita quienes comenzaban a sospechar que algo extraño estaba pasando, sobre todo cuando Douko les invitó a tomar asiento cerca de ellos y Deathmask los veía lascivamente, el joven acuariano susurró a su compañero de armas:

-creo que es mejor esperar a los demás afuera- y comenzó a salir del salón, Afrodita fue detenido del brazo por el cangrejo quien le suspiró en el cuello para después aspirar el delicado aroma del pisciano quien solo mostró su repugna al italiano

-aléjate de mí Deathmask ¡eres un maldito enfermo!- se alejó de golpe del guardián del cuarto templo, quien tuvo la intención de alcanzarlo cuando Shion:

 

-déjalo en paz, ya no lo estés molestando, creo que ya es suficiente de tonterías, es un pésimo plan- aclaró determinante el patriarca del santuario, dejando completamente perplejos a Deathmask y a su gran amigo Douko.

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En la parte exterior del templo Camus y Afrodita observaban el atardecer mientras sus compañeros llegaban al templo poco a poco, cuando Kanon llegó junto con Saga y Mu, Afrodita se acercó a ellos para platicar durante la cena.

 

Milo iba subiendo las escaleras con Aioria quien sabía perfectamente lo sucedido con Camus, y al verlo esperando a Milo en el templo principal, Aioria se alejó para irse con Shura y su hermano para el salón principal, Milo notó la actitud de su amigo y compañero de batallas y al notar la razón del comportamiento de Aioria, el escorpión no pudo evitar suspirar y acercarse al acuariano que aguardaba por el.

 

-necesito hablar contigo Milo- dijo un muy seguro Camus

-si es sobre lo que pasó por la mañana mejor olvídalo que no vale la pena- respondió un hastiado escorpión

-sí, es sobre lo mismo y no lo olvido porque lamento no haberte dicho nada al respecto Milo, tu también me gustas y yo en verdad creía que tú y Mu… y cuando me confesaste tus sentimientos esta mañana quise decir algo o ser más expresivo pero no soy así, y no me estoy excusando al respecto, soy un caballero de hielo, por lo tanto no soy expresivo, espero lo comprendas- el escorpión miraba desconcertado al joven francés y con una amplia sonrisa respondió:

-lo comprendo a la perfección, yo creí que te había asustado o molestado al decirte que me gustas- la expresión de Milo por fin denotaba lo tranquilo que se encontraba ya, dejó de lado lo apenado que había llegado a sentirse.

 

Durante la cena, Camus y Afrodita se miraban mutuamente intentando cuidarse de Deathmask, estaban seguros que el cangrejo no se daría por vencido. Deathmask y Douko se pusieron de pie en cuanto terminaron de cenar y se dirigieron a un extremo en las afueras del templo…

-¿qué demonios le sucedió a Shion?- preguntó visiblemente molesto Deathmask

-creo que no quiere jugar… quizás sea porque como el ve a Misty siempre que se le viene en gana- respondió douko más que resignado y luego agregó ya un poco más entusiasmado –pero eso no quiere decir que nosotros no podamos hacer lo mismo-

-¿con Misty?- preguntó Deathmask dudoso

-¡NO! En verdad que eres idiota, buscaremos quién nos entretenga, Misty no, Shion se enteraría y dudo que le haga gracia-

- yo quiero al tal Afrodita a mi servicio, solo para mí-

-¿y qué vas a hacer con Kanon?- preguntó Douko tratando que Deathmask razonara las cosas

- quizás lo mate con mis propias manos- una mirada maquiavélica se dejaba ver en el italiano, Douko solo rió por el comentario del cangrejo

-¡ja! Eso sí quisiera verlo Deathmask, el día que mates tú a Kanon yo mismo te regalo a Afrodita de piscis-

- ¡es un hecho! Lo haré- dijo completamente convencido el guardián del cuarto templo del santuario mientras caminaba con paso firme a la escalinata rumbo a su templo, Douko sabía que Kanon no era ningún estúpido para dejarse matar por Deathmask y menos para lo que el italiano planeaba hacer.

 

 

capítulo 5